El metabolismo de la mujer en la etapa de la menopausia se modifica principalmente por los cambios hormonales, pero realmente cuando se llega a la menopausia los problemas de obesidad no surgen de pronto, se van dando paulatinamente, o bien se llega a esta etapa con el problema de peso. Lo principal para evitar la obesidad en la menopausia es tener buenos hábitos alimenticios y evitar el sedentarismo, Ingresar a la menopausia no es sinónimo de decadencia, enfermedad, ni de aceptar inerme el exceso de peso.
Los cambios hormonales provocan la acumulación de grasa en forma distinta, cuando antes se iban a la cadera ahora se acumula en la zona abdominal. Las mujeres tienen distribuidas las grasas en forma de "pera" y los hombres en forma de "manzana". Cuando los ovarios disminuyen su producción de estrógenos las grasas comienzan a hacerse notar en la zona abdominal y hay acumulación de grasa visceral. Es en ese momento en que la mujer entra en un plano de igualdad con los hombres y ambos corren riesgos de fallas en el sistema cardiovascular.
Lo ideal es adquirir desde la niñez buenos hábitos alimenticios y de actividad física para evitar el sedentarismo, pero nunca es tarde. Es importante cambiarlos antes de entrar al periodo de la menopausia, Una mujer que ingresa a la menopausia con el peso adecuado para su talla y combate el sedentarismo con una serie de caminatas semanales, no debería llegar al sobrepeso, coinciden las profesionales.
Pasando los 40, se deben extremar cuidados en la alimentación porque si el sobrepeso trae consecuencias negativas para la salud en cualquier etapa de la vida, en la menopausia la acumulación de grasa abdominal y visceral, facilita la aparición de diabetes, hipertensión arterial aumento de triglicéridos y disminución de colesterol HDL, el llamado colesterol bueno.
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