El miso, proviene de la cocina japonesa, es una pasta utilizada como condimento que se prepara a partir de soya fermentada y sal marina, puede ir sola o acompañada por algunos cereales como el arroz, la cebada o centeno. Su origen se conoce desde el siglo VII.
Este ingrediente es ideal integrarlo a nuestra dieta debido a que contiene fibra, proteína, aminoácidos esenciales, vitaminas del grupo B, ácidos grasos omega-3 y antioxidantes. Y para quien esta en la menopausia es recomendable su consumo por su gran contenido en isoflavonas, compuesto muy similar a los estrógenos.
El uso que se le puede dar en la cocina y más común es en sopas, pero también se puede utilizar en otros platillos como arroz, como aderezo en pollo y pescado, también como vinagreta en ensaladas.
Beneficios al consumir miso
- Tiene una alta concentración de enzimas digestivas que favorecen el equilibrio de la flora intestinal.
- Sus enzimas y fermentos son de gran utilidad en casos de diarreas o estreñimiento.
- Contiene propiedades antioxidantes que ayuda a depurar sustancias tóxicas de organismo a través de la eliminación de radicales libres.
- Es alcalinizante que favorece la eliminación de la acidez causa por ciertos alimentos grasos y refinados.
- Su consumo está relacionado con el bienestar del cabello y la piel.
- Evita el endurecimiento de los vasos sanguíneos gracias a su contenido en ácido linoleico y lecitina de soya, que disuelven el colesterol en la sangre.
- Previene los efectos destructivos de la radiación, por lo que ayuda en tratamientos contra el cáncer.
- Ayuda en el equilibrio hormonal de la mujer, especialmente en la menopausia.
Es recomendable para que se conserve todas sus propiedades, disolverlo previamente en un poco de agua caliente y posteriormente añadirlo en el tramo final del platillo que estés preparando
Contraindicaciones de su consumo
El miso contiene sodio, quienes tengan hipertensión arterial o no deban consumir mucha sal, deberían cuidar su uso.